viernes, 2 de mayo de 2008

Historia conjunta 2

Nunca dejaron de celebrar las muertes de sus antiguos compañeros de colegio. A pesar de que las relaciones se habían apagado hacía años, ellos lo consideraban un rito para ofrecer el infinito respeto a aquellos que habían compartido el marco espacio-temporal con ellos. Cuando había un entierro, las luces del local se sustituían por verdes tubos de neón y se servían pasteles para aliviar el dolor, aunque no hubiese. Sobre la media tarde salían instrumentos y tocaban canciones de una sola nota, ante las jóvenes almas, que esperaban protocolariamente la llegada de la noche.

En la bat en realidad sólo existía un problema: la llegada de Godot. En realidad no sabían cómo se llamaba el propietario del local, pero alguien decidió llamarle así. Seguramente sería Jesús “el Blinding E.P.”, quien había perdido la vista tras varios años leyendo teatro inglés e irlandés con la penosa iluminación del local (móviles y velas con rosario) bajo una supuesta obligación impuesta por la carrera. Aunque todos sabían que eso era una asignatura de primero y Jesús ya había acabado la carrera en solo dos años, gracias a la pana.

Pero volvamos al elemento narrativo problemático: Godot significaba que el local acabaría y que todos los presentes acabarían de la cárcel para arriba. A pesar de la audacia con la que se habían escondido todos los jóvenes cadáveres en el local (debajo del sofá, dentro del bombo de la batería) el olor seguía siendo un infranqueable delito. El intento de disimularlo con colonia había dejado la bat con perfume agridulce de difícil comercialización y que estaba afectando a la cabeza del Chapa, ya en decaída por años de ingestión de cloroformo. El olor se acentuaba por los continuos intentos de suicidio de Andreu en “la habitació del gas”, que tenía la manía de dejarlo encendido tras su intento.

La sangre de las paredes perdió su posible visión decorativa cuando algunos miembros humanos, por falta de espacio, comenzaron a formar parte del atrezzo. Era natural encontrar alguna mano por los huecos del sofá cuando buscaban un fresco mechero, o que Andreu tocase la batería con sus propias piernas, tras un accidente de Parkour que alcanzó fama internacional en youtube y que se tuvo que prohibir en países supuestamente defensores de la libertad de expresión.

Un domingo de hungover que jugaba el Valencia limpiaron el local dándole las chustas de comer a Andreu y a Jesús y, cansados del esfuerzo físico, Darío tomó la palabra.

- Ehh man que he leído en la wikipedia que si te quedas cuatro días sin dormir es como si hubieras tomado coca o speed eternamente, hasta que finalmente, el cuerpo explota en un éxtasis inefable y te sobas.

La comunidad había recibido la idea con gran entusiasmo y el confeti llovía y se lanzaban salvas. Jesús había escuchado la idea – pues no podía ver - y ahora su organismo estaba preparado para tal acontecimiento. Aunando fuerzas, apalancado en su sofá y con el pecho lleno de chustas, ojos fuera de las cuencas, estrenó el magnánimo evento:

- ¡VENGA!

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